martes, 21 de febrero de 2012

AUTORETRATO

La veo acercarse con su sensual caminar, viene contoneando sus caderas pronunciadas, el sol brillándole a su cara blanquecina, sus pómulos tan asomados y sensuales en los que a cada sonrisa un hoyuelo se deja entrever.
Mirándola directo a sus bellos ojos color miel puedes pensar, que sólo es un destello de sensualidad, pero yo que la conozco de siempre puedo recalcar su humildad, carisma y ternura, cosas que exuda a cada instante.
Su instinto romántico es inherente a su persona y cada vez que se deja llevar por las letras aflora de una manera cautivadora.